dijous, 13 de març del 2008

DIESEL


De todos es conocido el encarecimiento del petróleo, tanto por las noticias como por el simple hecho de llenar el deposito de nuestros vehículos.

El drama empieza cuando este incremento no solo afecta al particular, sino que repercute tanto en el transportista profesional como en la empresa de capital nacional, viendo incrementado sus costes de distribución cosa que encarece el producto final.

Esta situación continua con un aumento de la inflación y la consiguiente merma de poder adquisitivo del trabajador.

Actualmente el precio del litro de diesel cotiza en las gasolineras de Barcelona a una mediana de 1.15€. Pero lo mejor de todo es que este corresponde a los barriles comprados con unos meses de anterioridad, en el que el crudo aún no rozaba los 100 dólares. Hoy hemos sobrepasado de largo esta cantidad, por lo tanto es razonable pensar que el crudo refinado seguirá subiendo unos meses mas en las gasolineras.

Ante problemas de esta índole cual es la respuesta de la administración competente? El vacío mas absoluto.

Hay que tener presente que más de la mitad del precio del carburante corresponde a tramos impositivos que recauda directamente la administración. Esto conduce a que a un mayor precio, mayor recaudación por parte del estado.

Y en lo que se refiere a soluciones, tenemos dos, complementarias. La primera crear un gasoil profesional, accesible a profesionales del transporte, comerciales y a empresas en general. Segundo, rebajar en compensación a la subida de recaudación su equivalente en céntimos de euro.

Lo que no debe hacer la administración es dejar que este problema se acentúe porque con lo que llevamos de año la tasa del ipc se consolida en el 4,4%, muy por encima de las previsiones del gobierno, y sobretodo de lo que sería deseable.